Los gatos domésticos comen muy poca materia vegetal. Sin embargo, a veces complementan la dieta carnívora con pequeñas cantidades de hierba y otras plantas para mejorar el tránsito digestivo y adquirir ciertas vitaminas que no se encuentran en la carne. Una teoría es que este comportamiento les ayuda a vomitar si tienen una mala digestión; otra es que sirve para introducir fibras y microminerales en su dieta. La mayoría de alimentos equilibrados para gatos suelen contener grandes cantidades de maíz, arroz, productos cárnicos, minerales y vitaminas. Se recomienda que los dueños tengan precaución, ya que algunas plantas de jardín o de interior son perjudiciales para los gatos.
Se cree que el gato salvaje africano, el antepasado del gato doméstico, evolucionó en un clima desértico, como se hace evidente en los comportamientos comunes de las variedades domésticas y salvajes. Los gatos se acercan a los humanos más por una actitud de conveniencia y comodidad que por un vínculo afectivo, lo que no impide que algunos gatos domésticos lleguen a sentir aprecio hacia los humanos que los cuidan. Sin embargo, el gato es un animal domesticado, por lo que depende de los humanos para tener una vida plena y cómoda.
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